Un verdadero oasis de paz y tranquilidad en la capital de México es el barrio de Santa Catarina, en Coyoacán.
Al sur de la ciudad de México se encontraba un antiguo asentamiento prehispánico llamado “Omac”, que significa “entre dos aguas”, aquí se levanta ahora la plaza de Santa Catarina, a un lado de la calle que tenia por nombre Camino Real, hoy Francisco Sosa.
Rodeada de hermosos árboles en la plaza se respira un ambiente de tranquilidad que refleja lo pintoresco de la zona. Posee un muro que data del siglo XVII y el busto del cronista Francisco Sosa (cronista e historiador de Coyoacán) que habito en esta zona en la casa con el número 38 de la calle Camino Real hasta su muerte, en 1923.
La capilla se remonta al siglo XVI y esta dedicada a Santa Catarina de Siena; era una capilla abierta o de indios, donde los naturales de la zona recibían servicios de evangelización que aquí brindaba la orden de frailes franciscanos.Para 1650 fueron tapiados los huecos de su fachada adquiriendo una fisonomía estilo barroco.
De lado izquierdo de la plaza se encuentra el teatro Santa Catarina, perteneciente a la UNAM. Ahí se presentan obras experimentales, comerciales y laboratorios teatrales.
Al sur de la ciudad de México se encontraba un antiguo asentamiento prehispánico llamado “Omac”, que significa “entre dos aguas”, aquí se levanta ahora la plaza de Santa Catarina, a un lado de la calle que tenia por nombre Camino Real, hoy Francisco Sosa.
Rodeada de hermosos árboles en la plaza se respira un ambiente de tranquilidad que refleja lo pintoresco de la zona. Posee un muro que data del siglo XVII y el busto del cronista Francisco Sosa (cronista e historiador de Coyoacán) que habito en esta zona en la casa con el número 38 de la calle Camino Real hasta su muerte, en 1923.
La capilla se remonta al siglo XVI y esta dedicada a Santa Catarina de Siena; era una capilla abierta o de indios, donde los naturales de la zona recibían servicios de evangelización que aquí brindaba la orden de frailes franciscanos.Para 1650 fueron tapiados los huecos de su fachada adquiriendo una fisonomía estilo barroco.
De lado izquierdo de la plaza se encuentra el teatro Santa Catarina, perteneciente a la UNAM. Ahí se presentan obras experimentales, comerciales y laboratorios teatrales.
La casa de la cultura Jesús Reyes Heroles se encuentra justo enfrente de la plaza, en el numero 202 de la calle Francisco Sosa. El predio llevaba el nombre en náhuatl de “Izatitlan”, que significa entre izotes (una especie de palma).
Por allá de 1780, en plena época colonial, la casa le pertenecía a don Juan de Luna Celis, quien tenía ahí una fábrica de papel. Posteriormente la casona fue adquirida por la Familia Espinosa de los Monteros en el siglo XIX. Para 1912, se mundo don Francisco Armida, quien conservo el viejo casco original y la cruz atrial del S XVII.
En julio de 1985, el gobierno donó sus terrenos y habitaciones para que funcionara como casa de cultura en donde hoy se imparten talleres de música, literatura, artes plásticas, teatro, danza; se ofrecen conferencias, conciertos, y hay galería de exposiciones temporales, todo ello rodeado de tranquilidad y aire fresco.
Por allá de 1780, en plena época colonial, la casa le pertenecía a don Juan de Luna Celis, quien tenía ahí una fábrica de papel. Posteriormente la casona fue adquirida por la Familia Espinosa de los Monteros en el siglo XIX. Para 1912, se mundo don Francisco Armida, quien conservo el viejo casco original y la cruz atrial del S XVII.
En julio de 1985, el gobierno donó sus terrenos y habitaciones para que funcionara como casa de cultura en donde hoy se imparten talleres de música, literatura, artes plásticas, teatro, danza; se ofrecen conferencias, conciertos, y hay galería de exposiciones temporales, todo ello rodeado de tranquilidad y aire fresco.
EL CALLEJÓN DEL AGUACATE
En la parte trasera de la casa de la cultura se encuentra el famoso “callejón del aguacate”. Es una calle muy peculiar de aproximadamente cuatro metros de anchura y con un sabor misterioso, ah sido protagonista de varias leyendas e historias de terror; por ejemplo, se cuenta que se aparece un monstruoso ser con forma de perro, con enormes y afiladas garras que trata desesperadamente arrancar de su nicho la imagen de la Virgen del Carmen y en cuanto pone sus patas en ella se escucha el rasguño sobre la pared y sus infernales aullidos. Se cuenta que pueden escucharse ruidos de cadenas y verse en las ventanas de las casas sombras y veladoras encendidas.
Sin duda, el Barrio de Santa Catarina y su plaza es un lugar ideal para sentarse, tomar un gran respiro, disfrutar del paisaje y tranquilidad del barrio, así como para caminar a lo largo de las calles que conectan esta plaza con el jardín principal de Coyoacán.
En la parte trasera de la casa de la cultura se encuentra el famoso “callejón del aguacate”. Es una calle muy peculiar de aproximadamente cuatro metros de anchura y con un sabor misterioso, ah sido protagonista de varias leyendas e historias de terror; por ejemplo, se cuenta que se aparece un monstruoso ser con forma de perro, con enormes y afiladas garras que trata desesperadamente arrancar de su nicho la imagen de la Virgen del Carmen y en cuanto pone sus patas en ella se escucha el rasguño sobre la pared y sus infernales aullidos. Se cuenta que pueden escucharse ruidos de cadenas y verse en las ventanas de las casas sombras y veladoras encendidas.
Sin duda, el Barrio de Santa Catarina y su plaza es un lugar ideal para sentarse, tomar un gran respiro, disfrutar del paisaje y tranquilidad del barrio, así como para caminar a lo largo de las calles que conectan esta plaza con el jardín principal de Coyoacán.
Fotografías y texto por Edi Ríos.